domingo, 21 de noviembre de 2010

Invertir en España

España tiene un gran potencial, pese a lo que digan los agoreros que quieren hundirla en el barro. Y los españoles debemos realizar un esfuerzo inversor en nuestro propio país antes de que otras potencias lo hagan por nosotros, y perdamos la oportunidad de utilizar los inmensos recursos que poseemos.
Es el momento de conseguir que volvamos a creer en nosotros mismos, pero debemos hacerlo con inteligencia, sin ambición desmesurada y con espíritu de servir y de esfuerzo.

Esa es la única manera de salir del hoyo en nuestro país.

Sin embargo, soy optimista en cuanto al potencial de nuestra economía para adaptarse a los nuevos retos que afrontamos.

Los españoles somos trabajadores, más de lo que creemos y demostramos, innovadores, creativos, y cuando nos ponemos a ello somos serios en los negocios.

Como dice el dicho, somos serios como un infarto de miocardio en pleno vuelo.

A esos recursos humanos hay que añadir otros muchos recursos naturales y culturales que nos sitúan en la cabeza de salida de la recuperación europea.

Poseemos un potencial turístico que apenas hemos empezado a explotar. Nuestra historia, nuestra gastronomía, nuestra cultura, son avales más que suficientes para situarnos en el primer puesto de cabeza del turismo mundial. Alejándonos del sol y playa, pero sin abandonarlo.

Nuestros castillos, nuestras iglesias, nuestros bosques, nuestras tradiciones y nuestra gastronomía están siendo despilfarrados sin apenas usar su potencial turístico. Los restaurantes de comida rápida inundan las principales plazas de nuestros centros históricos, al tiempo que castillos centenarios languidecen con sus vidas y los hechos que en ellos acaecieron olvidados, cuando en su día fueron centro de la Historia.

Nuestro potencial de turismo ecológico es incluso igual de grande, pero también lo tenemos abandonado.

Pero no son nuestros únicos activos.

La agricultura ecológica va a ser un factor pujante en la economía europea en los próximos años. Igual que los biocombustibles obtenidos de algas y plantas leñosas, todos ellos recursos abundantes en España.

Y la energía. Pocos países europeos poseen un potencial tan grande para generar energía a partir de recursos renovables. el viento, las mareas, las corrientes del estrecho, la energía eólica costera, la solar, la biomasa.

España podría ser autosuficiente energéticamente en cuestión de una década si realizásemos los los esfuerzos necesarios para ello con eficacia y rapidez.

Nos ahorraríamos cada año más dinero del que se ha invertido en rescatar a los bancos. Un dinero que sale fuera, generando empleos allí donde no nos beneficia, y donde lo perdemos.

También existe un gran potencial de conexión energética con el norte de África, y junto con nuestros vecinos portugueses somos una plataforma única para la inversión, exportación e importación con iberoamérica, que, paradógicamente, se está convirtiendo en el patio trasero no sólo de los Estados Unidos, sino también de China.

Así que sí, soy optimistas en cuanto a nuestro potencial, pero nos falta ver si seremos capaces, y sobre todo, si tendremos la voluntad de esfuerzo, formación y trabajo necesarios para explotarlo.

Eso, amigos míos, ya depende de cada uno de vosotros.

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