¿Qué lleva a gente que tiene miles de millones de dólares, más dinero del que ellos, sus hijos y sus nietos podrán despilfarrar en todas sus vidas?
Algunos dirán que es el hambre de grandes logros. Hacer grandes cosas. Pero no.
La mayoría de ellos lo único que hace en sus vidas es mover dígitos y bits de un sitio a otro intentando acumular más y más.
Por lo tanto, las ganas de conseguir grandes progresos, de crear industrias y de descubrir cosas no es su motivación fundamental.
¿Qué es lo que lleva a Spilberg, quien se puede decir que podría tener todo lo que un hombre podría tener, a invertir dinero con Madoff para ganar un 10% en lugar del 5% que le daría el banco?
Es sólo un ejemplo, pero pone en el punto de mira el sistema que rige actualmente el mundo.
Durante décadas nos hemos acostumbrado a una forma horrible de hacer las cosas. El dinero ha llegado a suplantar la las motivaciones y deseos de la gente, destruyendo lo que había en su interior, y sustituyéndolo por una avaricia focalizada en algo tan simple como el papel y el metal.
El hambre de proyectos, el deseo de los capitanes de la industria de construir, de los científicos de primeros de siglo, como Nicolas Tesla, por descubrir, todo ha desaparecido, sustituido por una avaricia sin sentido.
Miles de millones de euros se mueven cada segundo por los cables mundiales sin construir absolutamente nada. Los ejemplos de nuestros políticos seducidos por un puñado de metal, o un poco de tinta en la cuenta corriente se suceden cada día en las noticias.
Cada uno de nosotros ve en esos papelitos de colores el deseo reprimido. Y no vemos ni la posibilidad de conseguir cosas, sólo queremos tener esos papeles.
Y lo peor, estamos tan metidos en esta dinámica que nos autojustificamos de mil maneras, “el poder, los bienes y servicios que compramos, yo me lo merezco, debo conseguirlo, soy el mejor, soy único, lo que importa es el dinero”. Y despreciamos a quienes no viven según nuestra avaricia nos dicta. “Són débiles, estúpidos, idealistas, no entienden el mundo.”
Quizás sea eso. No entendemos su mundo.
No entendemos porque no son capaces de ver más allá. Porqué no entienden que esa avaricia acaparadora no lleva a nada. Que el tener por tener, sin crear, no sólo nos ha llevado a la crisis actual, sino que además nos ha impedido conseguir grandes logros.
No estamos hablando de destruir el capitalismo, sino de reformarlo.
De enfocar las increíbles fuerzas creadoras del ser humano hacia los inmensos logros que podríamos conseguir.
Podríamos alcanzar las estrellas, entender el cosmos, curar TODAS las enfermedades, parar el hambre y la pobreza, y nos contentamos con mover dinero de un lado a otro para intentar obtener un 5% más de intereses, para acaparar más unos y ceros en nuestras cuentas corrientes.
Nos endeudamos durante 50 años para tener una casa que debía ser un derecho, y aprovechamos para comprarnos un todoterreno que está por encima de nuestras posibilidades. Sacrificamos el futuro por el presente.
De la misma forma, destruimos lo que la Naturaleza ha tardado cientos de millones de años en crear para seguir acumulando unos y ceros.
Matamos, robamos y estafamos para tener más de lo mismo, sin esforzarnos en trabajar, en conseguir cosas, en realizar logros.
Hemos dejado de ser personas, hombres. No construimos nada, no creamos nada. Al final, todos nosotros somos unos simples acaparadores de unos y ceros.
Y así, les damos la razón a los que han creado este sistema.
Aceleracionismo Social efectivo (e/Sacc)
Hace 4 semanas